Por Juan Cristóbal Demian*

De acuerdo a la última elección en Chile de los días 15 y 16 de mayo de 2021, de constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales, podemos ver que la correlación de fuerzas nacional vendría a ser algo como esto (incluyendo a quienes no votaron):
Aprox. un 65% se encuentra descartado del sistema, la indiferencia como forma de militancia no-militante que perfora y deconstruye las bases de todo fundamento institucional entendido en cánones tradicionales (en este porcentaje se incluyen fuerzas sociales antisistémicas anarquistas y asistémicas entremezcladas con los ciudadanos indiferentes).
Aprox. un 20% ha apoyado de manera institucional al marxo-leninismo, radicalidades posmodernas y movimientos horizontales de índole de base social y popular de distintas matrices dentro de la izquierda radical.
Aprox. un 6% aún apoya de manera efectiva con su voto una moderación centrista de índole concertacionista inspirada en una socialdemocracia estándar.
Aprox. un 9% busca defender elementos del sistema y del modelo imperante hasta 2019, escindidos entre voto de derecha (sistema completo de valores) y centroderecha (salvaguardia económica y de maquillaje institucional).
En base a esto, les comparto tres reflexiones brevísimas:
1- El mundo debe mirar con más atención lo que pasa en Chile
Algunos me preguntan si con estos resultados nos acercamos más a Cuba, Venezuela o Argentina. Curiosamente, hace poco el mandamás del Partido Comunista, Guillermo Teillier, dijo que ellos no iban a importar ninguno de esos modelos. Yo le creo. Lo que se planifica para Chile es un modelo nuevo y peor. Chile es el tubo de ensayo de un nuevo tipo de revolución y descomposición social y nacional, así que por ahora es estéril compararlo con los modelos de los otros países de hegemonía comunista, siendo Chile hoy uno de ellos.
Por ello el mundo debe mirar con más atención lo que pasó en Chile, todo este proceso de revolución molecular es de una gran efectividad en países donde predomina el libre mercado, por lo que desde Colombia hasta Estados Unidos e Israel deben poner ojo con el modelito que aquí están ensayando. Las aberraciones que serán escritas en nuestra nueva constitución serán inéditas en el mundo, al punto de que sería menos vomitivo prácticamente considerarse apátrida, pero eso sería darles en el gusto.
Probablemente lo que ahora presenciemos sea una batalla entre dos izquierdas radicales, una izquierda constituyente liderada por el Partido Comunista y el Frente Amplio y una izquierda permanentemente destituyente conformada por bloques aún más antisistémicos y hasta asistémicos que boicotearán permanentemente todo sistema, incluso el que los comunistas instalen, su lucha será entre un modelo comunista y un caos sin modelo. Eso también debe ser estudiado por ojos cautos.
2- Es hora de quemar las naves
Se atribuye el concepto de "quemar las naves" al hecho de que Hernán Cortés habría quemado los barcos que lo trajeron de España a conquistar México como forma de decirle a sus tropas de que no había vuelta atrás. En lo personal considero fascinante la idea de quemar los aviones en los que pretenden huir del país los "apruebistas" que no se quieren quedar a vivir el modelo miserable del que serán cómplices, y también los "rechazistas" que quieren irse a Miami o a cualquier otra parte a seguir con sus negocios sin luchar hasta el final por su país. Malas noticias para ellos, este proceso es mundial.
Sin embargo, esa no es la única nave que quemar. Chile Vamos se ha sepultado enhorabuena de forma inexcusable, su cataclismo es positivo para el país por ser una falsa derecha utilitaria e ignorante. Joaquín Lavín, en base a la votación que hemos visto, no le gana por ningún lado a Daniel Jadue, mientras que a Pamela Jiles tuvo que matarla la misma izquierda, porque la derecha no le hizo ningún rasguño. Hay que tener el coraje moral de nunca más apoyar el mal menor, madurar en cancha de barro y seguir adelante en un panorama adverso.
Del bombardeo a Chile Vamos no pueden salir libres sus centros de estudios ("think tanks"), que han contribuido por años con una pésima y triste formación tecnocrática y pusilánime, ni sus referentes que salen en la prensa. Los comentarios de gente como Pablo Paniagua o Fernando Claro con sus fantasías estúpidas de acusar los "populismos de ambos lados" como si fueran lo mismo, o como Claudio Alvarado diciendo que la centroderecha había leído mejor a Chile que la izquierda radical, deben ser expuestos, combatidos y castigados por tratarse de estorbos en la misión que tenemos de recuperar el país. Nunca más Chile Vamos NI sus "think tanks".
3- No es nuestra derrota
Las fuerzas de Nueva Derecha aún son primerizas y están en un escenario sombrío donde es difícil construir, además heredan la carga de generaciones que no legaron ninguna formación doctrinaria decente. Tenemos que construir todo desde cero prácticamente. Difícil pero motivante, qué duda cabe.
Lo que hay que entender es que la derrota y aniquilamiento de la vieja derecha no nos toca ni debe hacerlo, esta es SU derrota, no la de nuestra generación, no hay motivos para cargar con su cadáver. Lo que hay que hacer es aplicarse al trabajo ideológico y formativo de forma estoica y profesional. Las nuevas fuerzas de derecha deben politizarse radicalmente, dejando atrás años del nefasto legado despolitizador de la vieja derecha tecnócrata.
Ser radicales implica ir a la raíz del problema, no adoptar actitudes trasnochadas como marchar con cascos espartanos portando banderas ucranianas en El Golf, o ponerse a cantar canciones de memes de Pinochet en asados a las 2 de la mañana, mucho menos andar llorándole a los militares que intervengan o andar inventando cuadrillas armadas absurdas tipo "boogaloo" que serían desbaratadas en menos de un minuto por el sistema. No, nunca más con Chile Vamos ni tampoco con termocéfalos. El camino se toma por la ruta larga, la que requiere cerebro y trabajo.
*Politólogo PUC, columnista CEL y coescritor del libro "Nueva Derecha: Una Alternativa en Curso"
Muy clara su columna, pero no toma en cuenta el efecto araucania, son grupos altamente entrenados en guerra subversiva y con apoyo del narco, estamos en guerra, si bien los termocefalos serán encarcelados o eliminados, el factor araucania aún no muestra señales de ser resuelto, están reclutando jóvenes para su guerrilla, es prioridad aniquilar el terrorismo en Chile