top of page
Search
  • Writer's pictureCEL Chile

La Teoría Sociológica desde la Escuela Austríaca de Economía

Updated: Jun 19, 2018

Por Felipe Latorre


Ponencia presentada en el VI Congreso Internacional “La Escuela Austríaca de Economía en el Siglo XXI. Argentina. Agosto 2016.


Introducción


¿Qué es la sociología? Para muchos no es una simple pregunta. No obstante, generalmente no tiene otra significación que una ciencia social que estudia a la sociedad en su conjunto, o en su subconjunto, y los fenómenos de aquella; además del estudio de la acción social y de las relaciones entre individuos. En ocasiones, se tiende a creer que esta ciencia social es rechazada por quienes abogan por el individualismo metodológico. Frente a esta premisa, nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Qué piensan los teóricos de la escuela austriaca sobre la sociología? ¿Existe una teoría sociológica que abogue por el individualismo metodológico? El presente trabajo intenta responder estas cuestiones desde el punto de vista de la teoría sociológica clásica y de los principales autores de la Escuela Austriaca de Economía.


La Escuela Austriaca de Economía es conocida por su enfoque individualista metodológico y praxeológico, el cual crea un axioma principal a priori: la acción humana. Al tener un enfoque humanista, sus principales autores siempre han sido muy propensos a incentivar el estudio de la sociedad en su conjunto. La intelectualidad de la Viena antes de la Primera Guerra Mundial se caracterizaba por tener intelectuales muy completos, los cuales abordaban los hechos desde diversos puntos de vista. El mismo Ludwig von Mises siempre instaba a sus alumnos a no solo estudiar economía, sino también otras áreas como el derecho, la sociología, la filosofía, la historia y toda área del conocimiento que fuese necesaria para la investigación científica. Entre sus grandes aportes a la teoría económica, - uno de ellos la imposibilidad del cálculo económico en una sociedad socialista - se encuentra el análisis sociológico, el cual es decisivo para su estudio y se mantiene vigente a casi un siglo de su publicación.[1]





Sus inicios


Los inicios de la sociología yacen en el siglo XIX. El clima intelectual post revolución era bastante unificado, en donde el pensamiento cartesiano, matemático, de las ciencias naturales y la omnipotencia de los métodos, eran la respuesta a todo el porvenir de la civilización. Bajo ese contexto, se daba un lugar prominente a una ley de progreso o del inevitable desarrollo de las sociedades humanas hacia etapas elevadas y mejores.[2]


Bajo el propósito de mejorar la Sociedad, Auguste Comte, interesado por el estudio de asuntos humanos y sociales al igual que muchos filósofos sociales de la época como L. G. Bonald y Joseph de Maistre, se preocupó de investigar sobre una ciencia teórica de la sociedad que tuviera como finalidad mejorar las condiciones de esta misma, influido por uno de los grandes socialistas utópicos de la época, Saint-Simom, quien creía que para mejorar la sociedad habría que organizar la producción económica, despojando a la clase propietaria de los medios de producción. Todo esto manejado por ciertas leyes positivas o variables cuasi físicas para cambiar la sociedad, la cual como guía ocupó lo que llamó “el gran descubrimiento de del año 1822”.


La sociología en manos de Comte nace en un principio, como el mismo la llamó, como «Física Social», la cual a los años posteriores fue bautizada como Sociología. La cual, a pesar de todos los esfuerzos, no tuvo los resultados que esperaba.[3] Mises afirma que Comte solo le dio el nombre.[4]


Años más tarde, Herbert Spencer – quien es considerado el segundo padre fundador de la sociología – publicó en 1873 un libro llamado El Estudio de la Sociología, en el cual aborda la ley evolucionista, que según él, era le ley suprema de todo devenir. Spencer creía que la sociología existía para demostrar que los hombres no deben intervenir en el proceso natural en el cual opera la sociedad, por el contrario de Comte, el cual buscaba en esta ciencia organizar una sociedad mejor. A pesar de ser individualista y creer en el orden espontáneo de la sociedad, sus investigaciones no tuvieron demasiado éxito. Según el mismo Rothbard, Spencer tenía mucho que aportar, no obstante que abrazó el virus de la sociología y el darwinismo social,[5] pues creía que la sociedad estaba predestinada al progreso. En una de sus obras afirmó: “Las semillas de la civilización existentes en el hombre originario y distribuidas sobre la tierra era seguro que encontrarían en el transcurso de tiempo acá y allá circunstancias favorables a su desarrollo”. [6]


Existieron otros iniciadores como Le Pay, Quételet, Marx, Gobineau, Buckle y Danilevky, sin embargo no tuvieron el mismo impacto que Comte y Spencer. En sí, son reconocidos sus aportes en la estadística, filosofía de la historia y etnología.


Como se puede apreciar, los primeros padres de la sociología no pudieron darle un cuerpo coherente a esta ciencia social, tras la ausencia de escritos epistemológicos y analíticos.[7]


Perspectivas de la teoría sociológica


Al pasar los años, entre la segunda mitad del siglo XIX y a principios del siglo XX, comienzan a aparecer las famosas escuelas rivales, entre ellas destacan la Darwinista Social, el evolucionismo psicológico, otros evolucionismos y el organicismo, y comienza la llamada sociología analítica, las cuales poseen una diversidad de enfoques.

Un profesor de sociología de la universidad de William P. Anderson, en sus ensayos destaca tres enfoques de la sociología.[8]


El primer enfoque fueron quienes utilizaban variables sociales y culturales para desplazar los conceptos económicos y explicaciones. Entre ellos destacan figuras como Emile Durkheim, Ferdinand Tönnies, y Werner Sombart, los cuales son representantes de esta escuela.

Durkheim reconocía a Comte como su maestro, en este sentido, es radicalmente diferente a Spencer, pues creía que los hechos sociales no podían reducirse a hechos individuales. En su obra Las reglas del método sociológico publicado 1895, se puede destacar el siguiente párrafo, cuando se refiere a los hechos sociales como cosas: “Las cosas incluyen todos los objetos de conocimiento que no pueden ser concebidos por pura actividad mental, los que exigen datos exteriores a la mente, procedentes de observaciones y experimentos, los que se forman desde rasgos más externos e inmediatamente accesibles hasta lo menos visible y más profundo”.[9] Para este autor los hechos sociales deben ser tratados como cosas, entre otras obras en donde relata un hecho, se destaca El Suicidio, publicado en el año 1897. En el caso de Tönnies complementa esta perspectiva en el ámbito de los grupos sociales, comunidades y otras asociaciones[10]. Por otra parte, Sombart enriquece este enfoque con una mirada socialista de la economía y la sociología.[11]


El segundo enfoque incluye tópicos no economistas, que hacen hincapié en las instituciones y la cultura sin rechazar la teoría económica. Estos académicos producen un análisis muy respetado de la ley, la burocracia, la religión y otros fenómenos, y por lo general ven en el comportamiento económico como un tipo de acción humana, cada uno de los cuales debe ser conceptualizada de forma única. Georg Simmel, Robert Michels, y Max Weber son tres figuras notables de esa escuela.


La tercera perspectiva cae en economistas de la tradición Mengeriana de la Escuela Austriaca de Economía, que aplican a la teoría de la utilidad marginal, las preguntas no económicas.


Vieron en la economía una posición subordinada a la sociología más general. Vilfredo Pareto es un notable ejemplo de este enfoque, en donde destaca su obra Tratado general de Sociología publicado en 1915, en donde critica el pseudocientificismo de Comte y Spencer, además de reprochar el carácter “religioso” que se le da al progreso, la humanidad y la democracia. Se puede destacar su forma de abordar esta ciencia social, ya que hace énfasis en sus métodos. En su tratado se distingue la siguiente frase: “Las ciencias naturales no fueron nunca estructuradas sobre el estudio y la clasificación de los vocablos del lenguaje ordinario, sino estudiando y clasificando hechos. Hagamos lo mismo con la sociología.[12] En resumen concibe a la sociedad como un sistema en equilibrio,[13] cuyos puntos materiales de referencia son los individuos que están expuestos a un número limitado de las llamadas fuerzas. Esas fuerzas, sentimientos y residuos ante todo, determinan el estado del sistema social. En esta concepción parece haber poco lugar para la cultura.[14]


Así, también, eran algunos de los primeros miembros de la Escuela Austriaca de Economía. Justo antes de morir, Frédéric Bastiat comenzó a redactar su obra Armonías Sociales como complemento a su anterior Armonías Económicas,[15] no obstante, nunca la terminó. Por otra parte, Friedrich von Wieser dedicó muchos años a cuestiones sociológicas. Su obra sociológica llamada Teoría de la economía social, describe con gran lucidez una teoría del proceso económico y la teoría de la sociedad,[16] formas básicas de la acción social,[17] el individuo en la sociedad económica[18] y sobre las instituciones sociales.[19] Él siempre declaraba que, a su juicio, la sociología debe ir de la mano con la economía, ya que ésta da mayor comprensión de la sociedad humana. Gracias a la combinación de estas disciplinas, fue capaz de forjar una nueva visión de la política económica.[20]


Ya entrando en la teoría sociológica de la Escuela Austríaca de Economía, el profesor Williams Anderson se pregunta lo siguiente, en uno de sus ensayos: ¿Qué perspectivas considera la acción humana y el orden social? Para responder a la pregunta requiere una comparación de las escuelas en un tema común, si es que fuera posible. Sin embargo, este tipo de temas comunes son raros, ya que cada perspectiva de carácter distintivo analiza una derivada en el tratamiento de la conducta económica. El primer enfoque ve como derivado de las acciones socioculturales. Las fuerzas externas al individuo que determina su acción. Eso quiere decir que los conceptos económicos son secundarios en cualquier modelo de ser humano en acción. Por ejemplo, Durkheim dice que las instituciones influyen en el comportamiento humano, estos quieran o no.


El segundo grupo reconoce el comportamiento económico como específico y único, y que requieren categorías teóricas igualmente únicas. El comportamiento económico encaja dentro de dicho colectivo - al igual que otros tipos de acción específico - entidades como burocracias o agrupaciones religiosas. La tercera tradición, fue avanzando a través de los primeros trabajos de Ludwig von Mises. Los puntos de vista económicos del comportamiento se abordan como un subconjunto de una teoría más inclusiva de la acción humana cuyos axiomas son a priori y se aplican en todo el espectro de la conducta humana. Por lo tanto, si bien es ciertamente económica en su aplicación, la tercera escuela también trató de construir una teoría sociológica general de la acción humana, de los cuales la acción económica era un subcomponente.[21]


Dentro de la academia los enfoques más enseñados son el primero y el segundo, marginando la perspectiva austriaca de los fenómenos sociales no económicos, basados en la praxeología.


Max Weber y Ludwig von Mises


Weber y Mises, ambos contemporáneos y grandes intelectuales, a pesar de discrepar en los enfoques de la teoría sociológica. Curiosamente, entre sus diferencias metodológicas y sociológicas, Weber y Mises no sólo se conocían, sino que compartían una admiración por el trabajo del otro. Mises considera Weber un "gran genio", y su muerte un golpe en Alemania.


Del mismo modo, Weber comenta que la teoría del dinero y el crédito es la teoría monetaria más aceptable para él.[22] Sin embargo poseen ciertas coincidencias, las cuales no se pueden dejar de resaltar en este ámbito.


Por parte de Weber, su obra cumbre Economía y Sociedad, la cual se encuentra entre las mejores obras sociológicas del siglo XX según un ranking elaborado por la International Sociological Association (ISA). Si bien fue una obra póstuma, pues fue una laboriosa tarea prepararla para la publicación, en ella concentra aportes en sociología y religión, historia social y económica, y sociología del conocimiento, lo que demuestra el campo excepcionalmente amplio de los intereses científicos de este gran autor. Recalcaba que en las ciencias naturales, el interés humano es un interés dominio: quien conoce las uniformidades puede disponer de las fuerzas de la naturaleza. Por el contrario, de las ciencias sociales el interés se dirige a la valoración. El concepto de cultura es un concepto de valor; la realidad empírica se convierte en cultura para nosotros porque, y en tanto que, las relacionamos con valores. La validez de los valores es materia de fe, no de conocimiento, según Max Weber, y por lo tanto, las ciencias sociales deben investigar los valores, pero no pueden proporcionar normas e ideales que obliguen y de los que puedan derivarse principios que dirijan la actividad práctica. Por lo tanto, en opinión de este autor, las ciencias sociales (incluidas la sociología y la historia) deben ser ciencias libres de valores.[23] Mises en Problemas epistemológicos de la economía dice: «Lo que en ningún caso puede permitirse es borrar los límites entre explicación científica y juicio de valor político».[24]


Para Weber, debe entenderse por sociología (en el sentido aquí aceptado de esta palabra, empleada con tan diversos significados): una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social para de esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos.[25] Y más adelante, cuando se refiere al significado de la palabra acción, a esta se refiere como orientación significativamente comprensible de la propia conducta, que sólo existe para nosotros como conducta de una o varias personas individuales.[26] De esta forma, se aprecia que Weber, al igual que Mises, utiliza una metodología «individualista y subjetivista».[27]


Otro aspecto importante de Weber es el de acción humana, que es posiblemente en donde más influyó a Mises. Para Weber la acción humana es sólo parte del comportamiento humano (con finalidades posiblemente muy diversas); sin el recurso a ese sentido permanece completamente incomprensible. Lo comprensible es, pues, su referencia a la acción humana, ya como "medio", ya como el "fin" imaginado por el actor o actores y que orienta su acción.[28]


En este sentido, Mises define a la acción humana, en su obra con el mismo nombre, de forma muy similar, pues para él es una conducta consciente, movilizada voluntad transformada en actuación, que pretende alcanzar precisos fines y objetivos; es una reacción consciente del ego ante los estímulos y las circunstancias del ambiente; es una reflexiva acomodación a aquella disposición del universo que está influyendo en la vida del sujeto.[29]


A pesar de poseer muchas coincidencias en lo conceptual, poseen diferencias radicales en sus trabajos. Uno de ellos son los estudios que ambos realizan sobre la burocracia, Weber en Economía y Sociedad; y Mises en su obra Burocracia. El primero se centra más en los burócratas, haciendo énfasis en el impacto en la propagación para la uniformidad estructural y cultural. Mises, por el contrario, hace hincapié en la coerción real y el violento poder del Estado en la imposición de regulaciones y modelos burocráticos a otras organizaciones.[30] Por otra parte Weber llegó a conclusiones muy parecidas a Mises con respecto al socialismo, no obstante a pesar de criticar a los socialistas de la época, fue un materialista histórico y tuvo mucha influencia del historicismo.


Sin embargo, en aspectos generales y explicaciones causales, Weber sustituye tipos ideales, "instrumentos conceptuales para la comparación y la medición de la realidad", que se utilizan para evitar las afirmaciones de las leyes científicas. Por el contrario, Mises sostiene que los tipos ideales no son conceptos científicos. No obstante, Alfred Schütz intentó tender un puente sobre estas dos posiciones cuando trató de resucitar a los tipos ideales de Weber como un componente de la construcción del modelo deductivo, desde una perspectiva austriaca, la cual veremos más abajo.


Alfred Schütz


Alfred Schütz es el sociólogo de la Escuela Austriaca por excelencia. Nació en Viena, fue en sociólogo y filósofo austriaco, de origen judío, introductor de la sociología fenomenológica y la etnometodología en las ciencias sociales. Estudió leyes y economía, y fue otro discípulo de Ludwig von Mises. Considerada polémica su inclusión en el panteón de las teorías sociológicas clásicas, básicamente por el motivo de ser cada vez mayor su influencia, así como también que ofrece una perspectiva distinta, profunda, y de gran alcance.[31]


Uno de los grandes méritos de Schütz es incorporar a las ciencias sociales el método de la fenomenología de Edmund Husserl. Muy reconocido en la teoría sociológica clásica. Para el la unidad básica de la sociedad es el individuo Desde la biografía del individuo y de su posición particular en el espacio y el tiempo se configura un repositorio de conocimiento disponible que consiste en el almacenamiento pasivo de experiencias[32], las que pueden ser traídas al Aquí y Ahora y constituir una nueva experiencia personal inmediata. Este repositorio de conocimiento disponible se amplía con cada vivencia, y el Aquí y Ahora contiene al que fue el Aquí y Ahora anterior. Gracias a esta reserva, el sujeto puede comprender nuevos fenómenos sin necesidad de iniciar un proceso reflexivo para ordenar cada una de las vivencias que transcurren.[33]


En este sentido, y como se dijo anteriormente, Schütz fusiona lo aprendido de los principios de la Escuela Austriaca de Economía e intenta desarrollar una sociología subjetiva en la tradición de Max Weber (y Mises)[34] y a la vez cumplir con los requisitos de una concepción rigurosa de la ciencia.[35] Es aquí donde este teórico se hace la siguiente pregunta: « ¿Cómo es posible, entonces, captar estructuras subjetivas de sentido mediante un sistema de conocimiento objetivo? ».[36] A esta pregunta responde de manera muy austriaca con lo siguiente: «es posible construir un modelo de un sector del mundo social, que consista en la interacción humana típica y analizar esta pauta típica de interacción en lo que respecta al sentido que podría tener para tipos personales de actores». Por ejemplo, en economía se elabora la teoría del valor, en donde la premisa nos dice que el valor es subjetivo, no obstante la teoría es objetiva, ya que en hechos concretos se puede representar en la realidad que A le entrega “x” a B, y que B le paga con “y” a A, en donde A y B, ganan en aquel intercambio, ya que cada cual entregó lo que carecía, de acuerdo a una preferencia temporal.


La teoría sociológica de Schütz se puede resumir en el siguiente párrafo, extraído de su obra La construcción significativa del mundo social.


"[…] Esta ciencia debe estudiar la conducta social interpretando su significado subjetivo tal como se lo encuentra en las intenciones de los individuos. El propósito, entonces, es el de interpretar las acciones de los individuos en el mundo social y la manera en que estos dan significado a los fenómenos sociales. Pero para lograr este propósito, no basta con observar la conducta de un solo individuo o reunir estadística acerca de la de grupos de individuos, como nos lo haría creer un tosco empirismo. Más bien el propósito específico de la sociología requiere un método especial para seleccionar los materiales pertinentes para las cuestiones peculiares que esta suscita. Esta selección resulta posible mediante la formulación de ciertas frases gramaticales teóricas conocidas como “tipos ideales”. Estos tipos ideales no equivalen, de ninguna manera, a promedios estadísticos, porque se los selecciona de acuerdo con la clase de pregunta que se formula en cada oportunidad, y los construye de acuerdo con los requerimientos metodológicos de estas preguntas. Tampoco son, sin embargo, fantasmas vacíos o meros productos de la fantasía, pues deben ser verificados mediante el material histórico concreto que comprende los datos del científico social. Mediante este método de construcción y verificación de los tipos ideales, puede interpretarse estrato por estrato el significado de los fenómenos sociales particulares como significado al que tienden subjetivamente los actos humanos. De esta manera puede debelarse la estructura del mundo social como una estructura de significados intencionales e inteligibles.[37]"


Para muchos sociólogos no austriacos, la obra de Schütz es difícil de interpretar por ser demasiada abstracta, e incluso más que Talcott Parsons, según George Ritzer.[38]


Conclusión


Para muchos economistas austriacos el aporte de Hayek en su obra La Fatal Arrogancia, es el aporte más reconocido para la sociología, mas si bien elabora una serie de premisas en donde entrega una excelente argumentación para describir el proceso sociológico de fenómenos tanto económicos, como no económicos, dentro de un marco teórico conceptual perteneciente al tercer enfoque sociológico descrito en el principio, esta obra no hubiera sido escrita sin haber aprendido de la teoría sociológica Misiana y Weberiana. Schütz no es citado por Hayek.


En esta misma línea existen una serie de autores no austriacos que llegan a conclusiones muy Hayekianas que no exacerban el poder de la razón para los hechos sociales como por ejemplo Norbert Elias en donde explica el proceso de la civilización, de tal forma que es citado por economistas austriacos como Hans Hermman Hoppe y otros celebres autores simpatizantes de la tradición liberal como Octavio Paz.


El enfoque sociológico individualista austriaco no debe ser olvidado bajo ningún punto de vista. La sociología ha estado presente en los autores de la Escuela Austriaca, por lo que no se puede dejar de lado.

Bibliografía

· Alfred Schütz, El problema de la realidad social, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1974.

· Alfred Schütz, La construcción significativa del mundo social. Introducción a la sociología comprensiva, Ediciones Paidós, Barcelona, 1993

· Emile Durkheim, Las reglas del método sociológico, México, Fondo de Cultura Económica, 2001.

· Friedrich von Wieser, Social Economics, Nueva York, Adelphi Company, 1927.

· Frédéric Bastiat, Armonías económicas, Madrid, Instituto Juan de Mariana, 2009.

· F. A. Hayek, Individualismo: Verdadero y Falso. Madrid, Unión Editorial, 2009.

· F. A. Hayek, La Fatal Arrogancia. Los errores del Socialismo, Madrid, Unión Editorial

· George Ritzer. Teoría Sociológica Clasica. MacGraw-Hill, Madrid, 1993

· Herbert Spencer, Social Statics, London, MDCCCLI, 1851 p. 238

· Lars Udehn. The conflict between Metodology and Rationalizaton in the Work of Max Weber. Acta Sociológica 24: 131-147

· Louis Wirth, La sociología de Ferdinand Tönnies, en American Journal of Sociology.

· Ludwig von Mises, Socialismo. Análisis económico y Sociológico, Madrid, Unión Editorial, 2007.

· Ludwig von Mises, Problemas epistemológicos de la economía, Madrid, Unión Editorial, 2013.

· Ludwig von Mises, La acción Humana. Tratado de Economía, Madrid, Unión Editorial, 2011.

· Max Weber, El Politico y el Cientifico, Madrid, Alianza Editorial, 2010.

· Max Weber, Economía y Sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2002.

· Murray N. Rothbard, Manifiesto Libertario, Buenos Aires, Editorial Grito Sagrado.

· Nicholas S. Timasheff, La teoría sociológica, México, Fondo de Cultura Económica, 2006.

· Vilfredo Pareto, Tratado de Sociología General, Universidad Estatal de Pensilvania, Ediciones Botas, 1940.

· Werner Sombart, Economic Life in the Modern Age, New Brunswick, Nueva York, 2001.

· William P. Anderson, Mises versus Weber on Bureaucracy and Sociological Method, Journal of Libertarian Studies, 2004.

[1] Ludwig von Mises, Socialismo. Análisis económico y Sociológico, Madrid, Unión Editorial, 2007.


[2] Nicholas S. Timasheff, La teoría sociológica, México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 31.


[3] Ibíd. p. 45.


[4] Ludwig von Mises, Problemas epistemológicos de la economía, Madrid, Unión Editorial, 2013 p. 37.


[5] Murray N. Rothbard, Manifiesto Libertario, Buenos Aires, Editorial Grito Sagrado, p. 34., para más referencias ver F. A. Hayek, La Fatal Arrogancia. Los errores del Socialismo, Madrid, Unión Editorial, p. 59.


[6] Herbert Spencer, Social Statics, London, MDCCCLI, 1851 p. 238.


[7] Ver Jörg Guido Hülsmann, “Introduction to the Third Edition: From Value Theory to Praxaeology,” in Epistemological Problems of Economics, by Ludwig von Mises (Auburn, Ala.: Ludwig von Mises Institute, 2003), pp. xvi–xviii. Hülsmann traces the intellectual history preparatory to Mises’s essays on general social science.


[8] William P. Anderson, Mises versus Weber on Bureaucracy and Sociological Method, Journal of Libertarian Studies, 2004. Disponible en www.mises.org


[9] Emile Durkheim, Las reglas del método sociológico, México, Fondo de Cultura Económica, 2001, pp. 15-16.


[10] Louis Wirth, La sociología de Ferdinand Tönnies , en American Journal of Sociology


[11] Werner Sombart, Economic Life in the Modern Age (New Brunswick, N.J.: Transaction Publishers, 2001)


[12] Vilfredo Pareto, Tratado de Sociología General, Universidad Estatal de Pensilvania, Ediciones Botas, 1940, núm. 396).


[13] Para Pareto la teoría del equilibrio se define por la presencia de fuerzas que acaban por reestablecerlo.


[14] ob. cit. (nota 2), p. 201.


[15] Frédéric Bastiat, Armonías económicas, Madrid, Instituto Juan de Mariana, 2009.


[16] Friedrich von Wieser, Social Economics, Nueva York, Adelphi Company, 1927, p. 149. Disponible en: https://mises.org/library/social-economics


[17] Ibíd. Pag 154


[18] Ibíd. Pag 158


[19] Ibíd. Pag 162


[20] Resumen de su vida y obra en http://www.ecured.cu/Friedrich_von_Wieser


[21] ob. cit. (nota 8), pp. 3-4


[22] Ludwig von Mises, Notes and Recollections (South Holland, Ill.: Libertarian Press, 1978), p. 124; Weber, Economía y Sociedad, p. 58; y Ludwig von Mises, La Teoría del Dinero y el Crédito, Para otras conexiones entre austriacos y la sociología weberiana, consulte Robert J. Holton and Bryan S. Turner, y Christopher Prendergast, “Alfred Schutz y the Austrian School of Economics,” American Journal of Sociology 92 (1986), pp. 1–27.


[23] ob. cit. (nota 2), p. 215. Consultar; Max Weber, El político y el Científico, p. 52. Disponible en http:\\www.bibliotecabasica.com.ar


[24] ob. cit. (nota 4) p. 79.


[25] Max Weber, Economía y Sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2002, p. 5.


[26] Ibíd. p. 12


[27] Lars Udehn, The conflicto between Metodology and Rationalizaton in the Work of Max Weber, Acta Sociológica 24: 131-14, 1981, p. 131. Disponible en http://asj.sagepub.com/content/24/3/131.full.pdf


[28] ob. cit. (nota 25), p. 8.


[29] Ludwig von Mises, La acción Humana. Tratado de Economía, Madrid, Unión Editorial, 2011, p. 15


[30] ob. cit. (nota 25), p. 19.


[31] George Ritzer, Teoría Sociológica Clásica, Madrid, MacGraw-Hill, 1993, p. 364.


[32] Alfred Schütz, La construcción significativa del mundo social. Introducción a la sociología comprensiva, Barcelona, Ediciones Paidós, 1993 p. 107.


[33]Ibíd. pp. 80-81, pp. 105-106.


[34] El paréntesis no pertenece a la cita original


[35] Ibíd. Pág. 372


[36] Alfred Schütz, El problema de la realidad social, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1974, p. 35.


[37] Ibíd. pp. 36-37


[38] ob. cit. (nota 31), p. 389.

553 views0 comments
bottom of page